La presión intraabdominal producida por el exceso de gordura parietal (adiposidades del tejido celular subcutáneo) o visceral, sumado a la dilatación y el exceso de contenido en los intestinos, consecuencia de hábitos alimenticios no ideales(comidas copiosas, líquidos diferentes de agua en exceso) junto al sedentarismo- provocado por la falta de actividad física que impone el ritmo de vida actual, con excesivos tiempos sentados en una oficina o en automóviles-, son los ingredientes ideales para crear el abdomen globoso típico del sexo masculino.
La voluptuosidad abdominal generalmente va acompañada por las
adiposidades laterales, las cuales son tratadas con gran
efectividad a través de la lipoescultura. Y su resultado
modifica sustancialmente el aspecto de la imagen del paciente,
ganando así un gran estímulo para llevar adelante el
tratamiento del abdomen interno de más difícil concreción.
El tratamiento consiste en tratar el volumen intraperitoneal
(por detrás de la musculatura), tratar la gordura del tejido
celular subcutáneo y tratar la eventual redundancia de piel
que pudiera sobrar.
Para el exito de esta intervención se hace necesario el
auxilio externo de una faja abdominal, la misma debe ser
utilizada en forma continua de ajuste progresivo, y
fundamentalmente hay que saber retirarla. El uso nocturno es
esencial ya que al dormir el tonus muscular es casi nulo y
permitirá la dilatación de la pared que sedería a la presión
intraabdominal (el abdomen crece por la noche milímetro a
milímetro, irreversiblemente, cuando las condiciones son
propicias).
La retirada de la faja abdominal es uno de los pasos
fundamentales del tratamiento, ya que si la retiramos sin
tener una efectiva banda muscular de contención, con una
musculatura debilitada por la inercia y la comodidad del uso
de la faja, la pared abdominal sedería perdiéndose todo lo
conseguido.
Una correcta programación de actividad física específica con
abdominales variadas, sería una buena opción, no obstante,
muchas veces, sea por la actividad profesional del paciente o
por cualquier otro motivo, esta alternativa se torna difícil y
condena al fracaso por falta de intensidad y frecuencia.
Sugiero una alternativa más simple y cotidiana que consigue
exelentes resultados: después de haber usado la faja durante
la noche, que impidió que el abdomen crezca, se hacen una
serie de abdominales estando todavía en la cama y con la faja
colocada, elevando la cabeza y los pies no más de quince
centímetros durante aproximadamente cinco segundos y relajando
y volviendo a ejecutarlo durante 10 minutos.
Luego se retira la faja y se continúa con otra serie de
ejercicios. Así el paciente estará pronto para iniciar sus
actividades con un buen tonus. Una dieta equilibrada completa
el círculo ideal del tratamiento optimizando los resultados
Los hombres, que poseen un abdomen estructuralmente diferente al femenino, también pueden conseguir una solución con la ayuda de un especialista.